sábado, 19 de enero de 2013

LAS BODAS DE CANÁ

Queridas familias:

Este Domingo (2º del Tiempo Ordinario) escucharemos en misa una de las páginas más bellas del Nuevo Testamento: las bodas de Caná.

En aquel tiempo, se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y, como faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: «No tienen vino». Jesús le responde: «¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora». Dice su madre a los sirvientes: «Haced lo que Él os diga» (…). (Jn 2,1-12)


A continuación os ofrecemos una homilía de Benedicto XVI, pronunciada en la plaza del santuario mariano de Altötting (Alemania), el 11 de septiembre de 2006:

"En el pasaje evangélico, María pide a su Hijo un favor para unos amigos que pasan dificultades. A primera vista, esto puede parecer una conversación enteramente humana entre la Madre y su Hijo; y, en efecto, también es un diálogo lleno de profunda humanidad. Pero María no se dirige a Jesús simplemente como a un hombre, contando con su habilidad y disponibilidad a ayudar. Ella confía una necesidad humana a su poder, a un poder que supera la habilidad y la capacidad humanas. 

En este diálogo con Jesús la vemos realmente como Madre que pide, que intercede. Conviene profundizar un poco en este pasaje del evangelio, para entender mejor a Jesús y a María, y también para aprender de María el modo correcto de orar. María propiamente no hace una petición a Jesús; simplemente le dice:  "No tienen vino" (Jn 2, 3). Las bodas en Tierra Santa se celebraban durante una semana entera; todo el pueblo participaba y, por consiguiente, se consumía mucho vino. Los esposos se encuentran en dificultades y María simplemente se lo dice a Jesús. No le pide nada en particular, y mucho menos, que Jesús utilice su poder, que realice un milagro produciendo vino. Simplemente informa a Jesús y le deja decidir lo que conviene hacer..."

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Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega  por todos los matrimonios, para que vivan plenamente su amor, como rogaste por los esposos de Caná. Pide a tu Hijo que nos dé lo que nos falte a cada uno: paciencia, entrega, fidelidad, confianza...
 

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